domingo, 30 de mayo de 2010
Eurovision 2010. Reflexiones y Momias...
Apenas 24 horas después que se echara el telón en el Telenor Arena de Oslo, permítanme unos apuntes sobre el ESC de este año, una cuando menos interesante edición...
Y eso, pese a que era casi imposible igualar lo que nuestros asombrados ojos pudieron disfrutar el pasado año en Moscú, con un nivel musical escalofriante y una organización grandiosa y perfecta,
la cita de este sábado ha sido más que digna a nivel musical, aunque desde el punto de vista organizativo ofreciera algunas lagunas, desde una intermission indigna de ese nombre a lamentables fallos de seguridad, que sufrió nuestro representante en sus propias carnes, y que no terminó en el desastre que pudo haber sido...
Nada debe sorprender el triunfo alemán y de su juvenil representante Lena Meyer, que desde el primer día que me pasaron su enlace en el Youtube, apunté que esa criatura podía ser la sensación del certamen como lo fue Frances Gall en 1965. Su gracejo en el escenario, sin necesitar ningún show ni coreografía especial no hizo más que confirmar lo que ya sospechábamos algunos cuando medio Continente llevaba un mes danzando al ritmo de Satelite, un single que se vendía en toda la Europa civilizada como pan caliente.
Si podían albergar algunas dudas que la ventaja fuera tan descomunal como finalmente ha ocurrido, ¡86! puntos entre la Meyer y los segundos, los excelentes turcos de Manga y su temazo
We could be the same, excelentemente interpretado y con una peculiar puesta en escena, no en vano estos chicos recibieron este año el premio MTV al mejor directo de un grupo europeo, y que no hace sino confirmar a los otomanos como una de las potencias europeas de esta década, y con unas apuestas que oscilan desde los ritmos más genuinos al rock más sólido e innovador...
A partir de ahí un ramillete de buenos temas, baladas estupendas, aportaciones de primer nivel como la francesa de Jessy Matador o la griega de Giorgios Alkaios y su vibrante Opa!, sorpresas como el excelente pop de la representación rumana o lo bien que sonaba el tema bosnio de Vucasin Brajic, o lo que parecía el típico tema eurovisivo de los moldavos de Olia Tira se transformaba por arte de magia de un saxo, que lo transmutaba en el más nítido acid-jazz de los 90.
(Por no hablar de la fuerza y dulzura de uno de los temas de la noche, el ya casi mítico Apricot Stone de la sin par Eva Rivas, que terminó de robar el corazón a quién escribe...)
Quiero dejar para el final la actuación hispana, y la cobertura de nuestra televisión para el evento. Ante todo considero que es de prioridad absoluta que esa momia vetusta que responde al nombre de José Luis Uribarri emprenda con dignidad el camino de su jubilación. Es increíble que fuera el único analista de toda Europa que no se enterara que Lena Meyer era el fenómeno eurovisivo del año, y que su tema arrasaba con más de 12 millones de visitas en la red, mientras el ilustre comentarista profetizaba un duelo entre los nórdicos y los ex-soviéticos (como lleva diciendo sin quitar una coma en las tres últimas ediciones) , sin ver lo que pronosticaban simplemente las casas de apuestas....
Y la segunda prioridad sería que emprendiera ese mismo camino otra momia no menos vetusta que responde al nombre de José María Íñigo, que se despachó al final del ESC con un lamentable y demagógico discurso, con generalidades sin sentido, como el ya manido voto geopolítico como una de las claves del triunfo alemán... Ahí ya no sé si es simplemente ignorancia o ganas de hacer ruido, que todo puede ser.
Ya casi nadie discute que el voto por simpatía de los países tiene una explicación lógica, ya que los antiguos países del telón de acero suelen llevar a sus mejores artistas, estrellas de la música, que triunfan en toda esa zona con auténticos hits-parades que lo mismo suenan en Armenia, Rusia, Bosnia o Polonia, y que recogen todos esos votos en el certamen. Pero si no hay un buen tema no hay nada que hacer. Serbia ganó en el 2007 cuando acudió con una canción de primera linea, Rusia el pasado año con una gran balada, y si bajan el nivel... pues la Madre Rusia se conforma este año con un puesto 11, y los serbios no repiten su triunfo y ni se acercan.
Además si había un país con menos referencias de alianzas eran los germanos, que no triunfaban desde 1982, que habían fracasado de forma sorprendentemente, en los dos años anteriores, con apuestas tan sólidas y jazzisticas como las de Roger Cicero o Alex Swings, y que para colmo tenían el baldón de ser parte de los intocables del big four, lo que siempre despierta ciertos recelos en el resto de los integrantes...
Lo más digno de toda ese show hispano es sin duda el buen cantante que mandamos a Oslo, con una canción cortita, pero correcta, que pudo quizás subir algún puesto, pero que también quedó por delante de interpretaciones de nivel como las de Bosnia o Portugal.
Y no nos engañemos, mientras no mandemos un temazo y vayamos a por todas no habrá nada que hacer y seguiremos con discursos victimistas más propios del franquismo sociológico (curiosamente en la dictadura eramos toda una potencia eurovisiva), con lo sencillo que podría ser buscar una buena canción como se hizo con Anabel Conde en 1995, o buscar una estrella que haberlas hailas, cambiando simplemente los rizos de Daniel Diges, por los de David Bisbal...
(Y por favor..¡¡¡jubilemos a las momias!!!...)
viernes, 14 de mayo de 2010
Videoclip(s) de la semana
Pues sí, señores, o mucho me equivoco o este año tampoco vamos a hacer nada importante en la gran cita Eurovisiva.
Y es que pese a que llevamos a un cantante de verdad, que su tema no está nada mal producido, y con el nivel del ESC no es el del irrepetible 2009, basta con ver un par de muestras de féminas de rompe y rasga, y además con buenas y chispeantes canciones, para perder toda esperanza...
sábado, 8 de mayo de 2010
Videoclip(s) de la semana
En la primavera de 2007 tuve la fortuna de asistir como espectador a la representación del magno músical/ópera/opereta de Leonard Bersntein, Candide, un espectáculo para frotarse las ojos, de una soberbia escenografía y unas canciones estupendas.
Sirva de muestra la obertura de la obra, dirigida por el propio Bernstein en 1988, dirigiendo a la London Symphony Orchestra , y una divertida versión del Glitter and be gay, con una sensacional y bellísima Kristin Chenoweth...
sábado, 1 de mayo de 2010
Video(s) clips de la semana
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