En 1979, tras veinticinco gloriosos años, dejaba de organizar la Vuelta Ciclista a España el prestigioso rotativo vizcaíno, El Correo Español/El Pueblo Vasco.
En ese difícil trance, que puso incluso la ronda hispana al borde de la desaparición, se hace cargo del evento la empresa Unipublic, que desde primera hora irrumpió con unos modernos y renovados aires, dispuesta a hacer frente al Giro como segunda clásica de las dos ruedas, sólo por detrás del inalcanzable y todopoderoso Tour de France.
Desde el primer momento Unipublic tenía muy claro que era la televisión la gran aliada del ciclismo, y dado que hasta 1983, (una vez organizado ya el Mundial de Fútbol, y que limitaba cualquier presupuesto en RTVE), no se ofrecerían los finales de etapa en directo, la gran apuesta sería el programa resumen, de media hora de duración, que se emitiría tras el telediario de las nueve de la noche, y que contaba con el extraordinario gancho de excelentes músicas, comerciales y exitosas, que se convertirían de inmediato en auténticos hits.
Así, en 1979, el año en que se exhibió el portentoso Joop Zotemelk, sin apenas oposición por parte de Francisco Galdós o Michel Pollentier, el resumen de la jornada se abría, nada más y nada menos que con estos fabulosos ritmos:
Ahí no terminaba la cosa, y es que para ilustrar el desarrollo de la etapa y las clasificaciones, el sprint y las Metas Volantes, el Gran Premio de la Montaña y el Trofeo de la Regularidad, alguna mente brillante tuvo la iluminación suprema de elegir...
El resultado fue inmediato. Ese programa, y esas canciones que sonaban todos los días durante tres semanas, fueron la gran sensación de la primavera de 1979.
En aquellos días, yo cursaba séptimo de la EGB, y durante todo ese curso el tema estelar había sido el Greased Ligtning, de la película Grease. Por ello, cuando una media mañana de mayo, en el recreo, una divertida muchachada le hacía los coros del September al vocalista oficial de la clase, un ocurrente y excéntrico chaval al que apodábamos (ignoro el motivo) Orinoco, ya no cabía la menor duda, la apuesta de Unipublic había sido todo un éxito arrollador...