De crío no podía conciliar el sueño, pero por supuesto no hacía el menor ruido, ni apenas respiraba...lo único que deseaba es que amaneciera lo antes posible...porque lo que me esperaba la mañana del seis era la felicidad en grado sumo...y de múltiples

la camiseta de la Selección española, que se prestaba a competir en Argentina´78 (sí, el Mundial en que Cardeñosa casi derrota a los brasileños).
En años adolescentes mucha música, casi siempre en forma de los Beatles, y en formato cinta de casete...y es que a partir de 1978-79, el radiocasete era imprescindible, al
menos en mi existencia...fundamental para oír y grabar música (había que presionar dos botones a la vez, el play y el record), y por supuesto con la cinta virgen ya preparada, esperar que en la emisora de turno, sonara la canción que uno buscaba y anhelaba...ya fuera el Born to be alive de Patrick Hernández, el Goodnight to night de Paul McCartney & Wings o el Rock & Roll Boomerang de Miguel Ríos...
En esa época de juventud no podía faltar, en la mañana del seis de Enero estupendos, incomparables libros de la colección Realismo Fantástico de Plaza & Janés...Ovnis, misterios y dioses- astronautas que me regalaron (y me siguen regalando) ratos de gratísima lectura...
¿Qué quieren que les diga? Han pasado ya años, décadas desde entonces, pero yo me sigo emocionando y divirtiendo la noche del cinco de Enero, porque si en el fútbol no hay nada más grandioso, más bello que la final de Copa...pues en la vida, pocas cosas más lindas que esa víspera, de nombre tan hermoso: Noche de Reyes.