sábado, 21 de enero de 2012

Canciones de primavera (IV)

La Vuelta de 1982 tenía cierto aire de Campeonato de España. Las grandes figuras del pelotón internacional habían optado de forma casi exclusiva por el Giro de Italia, antes de la gran cita anual del Tour de France, la Grande Boucle, el mayor espectáculo del ciclismo en todo el Universo.
Aún así, las figuras nacionales, superada la crisis de relevo generacional mostraban un nivel más que aceptable, y el divertimento estaba más que garantizado, y lo mejor era que para 1983 Unipublic anunciaba que ya habría televisión en directo, y que era casi segura la presencia del campeonísimo Bernard Hinault y de su invencible escuadra Renault...

Pero eso sería en 1983, y aún quedaba un año, un mundial de fútbol de por medio y las figuras hispanas decidieron hacer de esa espera algo muy entretenido, con constante lucha en una emocionante ronda. Ya desde el primer momento se pudo observar que el duelo al sol era cosa de Ángel Arroyo y Marino Lejarreta, que se atacaban de forma constante, pero resultando decisiva la mayor pericia del abulense en las cronos, y una excepcional y decisiva ascensión a Navacerrada, donde Arroyo,Vicente Belda y Pedro Muñoz pusieron tierra de por medio al grandísimo Junco de Berritz, incapaz de seguir ese ritmo...de ese modo Ángel Arroyo llegaba de amarillo a Madrid, con Marino Lejarreta a casi dos minutos.

Días después saltaba la noticia, bomba informativa, que diría García: Tras la etapa de Navacerrada, habían dado positivo en el control antidopaje Pedro Muñoz, Vicente Belda...y Ángel Arroyo; el contraanálisis  no hizo sino confirmar el primer resultado...y Lejarreta era coronado como ganador de la trigésimo séptima edición de esa Vuelta Ciclista, que pese a ese escándalo final resultó de lo más apasionante.

Y de ese mismo nivel fue la banda sonora de ese año. Por vez primera TVE confió en un grupo español para amenizar el programa resumen, más concretamente un  dúo, que en plena apoteosis del tecno-pop, con OMD, Propaganda, Kraftwerk y demás obtuvo un éxito mayúsculo. Son (ya lo habrán adivinado) Azul y Negro, que desde ese momento quedarán asociados siempre en nuestro imaginario colectivo al ciclismo, ya que posiblemente ninguna canción de primavera haya encajado tan bien, haya sido la argamasa perfecta, la banda sonora ideal para cualquier carrera ciclista...

(Como no podía ser de otra manera, esta entrada va dedicada a mi buen amigo Pepe Cahiers, que en aquellos lejanos y felices días de 1982, era todo un fan incondicional del mítico dúo cartagenero)





sábado, 14 de enero de 2012

Queen of the Minor Key

Creo que fue a finales de los 80 cuando me aficioné a Radio 3, la estupenda emisora musical de Radio Nacional; ya hace un año les comentaba como en aquella época seguía con delectación las propuestas que Ramón Trecet  nos ofrecía en su programa vespertino, y que me zambulleron en todo aquella amalgama, mundos oníricos, líricos, etéreos y demás espacios celestes de la World Music.


De forma recurrente, ya sea paseando en la web, visitando sus podcasts, moviendo el dial en el móvil, (como antaño en la miniradio, y antes aún en el walkman) descubro algún programa, alguna canción, alguna melodía, alguna formación, grupo o solista...Lo último ha sido el espacio Toma Uno, dedicado a ese inmenso universo llamado American Music, donde el rey es el country, y donde cohabitan todas las variables posibles, ya sea rock sureño, sonido tex mex, bluegrass...y veinte mil derivadas más, que desconozco por completo.


Pues bien, hace unos días me encuentro a una solista, de la que me hago seguidor incondicional a los diez segundos, y que compone, canta, toca la guitarra, dirige a su banda con aplomo y savoir faire, que se entona con voz desgarrada y cautivadora a la vez, con melodías sencillamente impecables, que parecen el trasfondo ideal, el ambiente perfecto, para vivir o soñar una escena, de esas que sabe firmar tan bien Quentin Tarantino... 
(Besos, Eilen).


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