
El programa de Garci recuperaba el espíritu de los clásicos cine-forum, de los cine-clubs, ya que tras la emisión del film, casi siempre de nivel más que excelente, venía el coloquio, sin duda el gran factor diferencial de QGEC, donde con ayuda de moviola, se analizaba y se comentaba la peli en cuestión durante más de 40 minutos...Esa admirable fórmula, nos permitió a muchos descubrir directores y largometrajes, e incluso ver con ojos distintos lo ya conocido, desde los populares Ford o Hitchcock, a filmografías y autores más ignotos.
Especialmente atractivos resultaron momentos como la emisión de los westerns de Anthony Mann, (en los que rivalizaba en maestría con el mismísimo Ford), casi todos con un soberbio James Stewart, como El Hombre de Laramie o Tierras Lejanas; casi todo Hitchcockt, mucho Billy Wilder, y buenas dosis de los maestros italianos y japoneses...
Pero si por algo será recordado QGEC es por sus memorables coloquios, en los que se notaba cuando estaban presentes los miembros del "núcleo duro", integrado por Miguel Marías, Juan Cobos, Oti Rodríguez Marchante, Eduardo Torres-Dulce...y por supuesto Juan Miguel Lamet, que se las pintaba solo para llevar la contraria a todo el mundo, y proclamar su inefable cruzada contra el cine de "montaje o videoclip" (no creo que Alan Parker haya podido recuperarse todavía de las diatribas con que despachó al Expreso de Medianoche), amén de provocar al personal cuando se refería a las presuntas ideas reaccionarias de John Ford, ante la atónita mirada de Miguel Marías...
Centauros del Desierto, Vértigo, El Río, El Último Refugio, El Tren, Cantando bajo la Lluvia, Rashomon, El Apartamento, Te querré siempre, Gunga Din... son sólo una pequeña muestra de lo que significó ese programa,( y de que los lunes no fueran tan terribles como cantara Bob Geldof); pero si hay que quedarse con un día de QGEC, es inevitable hacer referencia a la proyección de Ordet, la gran obra de Carl Theodor Dreyer, que contó con un millón de espectadores de audiencia, que quedaron estupefactos ante el arte y el misticismo del maestro danés. Y es que aunque sólo hubiera sido La Palabra el único film de todo el programa, aunque sólo hubiera habido ese único coloquio, habría merecido la pena. Y es que muchos debemos gratitud de por vida a José Luis Garci y a ¡Qué Grande es el Cine!, por el milagro que se nos regaló, en ese lunes santo de 1995...
http://www.youtube.com/watch?v=YdceabDiLR4