viernes, 22 de abril de 2011

El Milagro de Dreyer

Alguna vez he referido lo que disfruté y aprendí durante los diez años que estuvo en antena el programa de José Luis Garci QGEC, con esos coloquios memorables...que luego durante la semana mi amigo Pepe Cahiers y yo continuábamos, sobre todo si Juan Miguel Lamet estaba entre los invitados. También he hecho referencia a lo que significó aquella emisión de Lunes Santo de 1995, cuando descubrí, descubrimos más de un millón de personas en España, esa película incalificable, llamada Ordet, (La Palabra) de Carl Theodor Dreyer.

Desde ese venturoso día, desde esa noche de 1995, habré visionado esa obra media docena de veces, y dado lo apropiado de estas fechas, decidí volver a encontrarme con ella.
Ordet es una de las contadas obras que trascienden el componente artístico, en este caso cinematográfico, para ofrecernos una ceremonia de misticismo...una liturgia, casi un Sacramento.
 
No es que los que no sean creyentes, no puedan, ni deban disfrutar de esta excepcional película, de sus movimientos de cámara, de esa fotografía en blanco y negro, de esa conmovedora historia...



Pero a los que creen, a los que queremos creer, esta obra de arte nos ofrece, nos regala, el encontrarnos con la fe; con el poder de la palabra; del verbo; con la visión noble y limpia de esa niña, que no tiene la menor duda del prodigio que va a realizar su tío Johannes.


Esa película, nos anuncia, nos anticipa, nos proclama en cualquier día el Domingo de Gloria, nos revela tres milagros mientras admiramos y contemplamos:
El milagro que es el corolario de la película.
El milagro que resulta en sí, toda ella.

Y por último, El milagro de recordarnos, de recordarme, de volverle a mostrar a mi alma dormida, todo aquello que una vez, siendo niño, me fue enseñado.



14 comentarios:

Clementine dijo...

Yo también descubrí esta película en el programa de Garci y, lee bien Tirador y disfruta, estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que expones en esta entrada, entrada de lujo por otra parte.

Pero... ¿tú hablando de Dreyer?

El Tirador Solitario dijo...

Gracias, Clementine, y para mi es un placer y otro lujo que podamos coincidir en lo que transmite esta película, que actúa como si fuera algo o mucho más que eso.

Y tienes razón, yo no suelo hablar mucho de Dreyer, pero dadas las fechas...

¡Un abrazo, amiga!

Layna dijo...

Lo mejor de los coloquios es poder continuarlos una vez terminados y poder hacerlo semana tras semana con Pepe Cahiers, una gran suerte seguro.
Apropiado post para el día de hoy, viernes santo. A mi me encantan las frases, no lo puedo remediar, y las destaco mentalmente mientras las leo casi sin querer. En este inspirador post resalto: "los que queremos creer, esta obra de arte nos ofrece, nos regala, el encontrarnos con la fe; con el poder de la palabra; del verbo" y la frase final "El milagro de recordarnos, de volverle a mostrar a mi alma dormida, todo aquello que una vez, siendo niño, me fue enseñado."
No he visto la película pero me han entrado ganas de verla un día de semana santa como por ejemplo hoy que llueve y es día de procesiones porque igual me regala como a ti "encontrarme con la fe" sea cual sea al Dios que mi alma evoque. Excelente post porque nos hablas de una película a la vez que nos transmites lo que te inspiró verla. Un abrazo

El Tirador Solitario dijo...

Pues sí, Layna, la verdad es que tanto Cahiers como yo disfrutábamos mucho con nuestras ediciones especiales de QGEC.

Eso sí, cuando se pondera mucho una película, se recomienda tanto, se corre el riesgo de que al verla te digan "pues no era para tanto".

Pero claro, y más como hoy, que estamos hablando de cosas muy subjetivas. Un abrazo,y como siempre, muchas gracias, amiga Layna.

La Novia era yo. dijo...

Querido Tirador: excelente post y por supuesto compartido. En cierta medida me da algo de envidia nuestra querida Layna que aún no ha visto Ordet y se encontrará con ella por primera vez. Para mi La Palabra supone algo que trasciende lo cinematográfico yo solo la he visto dos o tres veces y no creo que necesite verla muchas más porque late en mi interior como un corazón silente, que se alimenta por si solo con el regalo de la fe.
Porque si querido Tirador, al final sencillamente hablamos de eso...de esas personas sencillas que en su remota aldea nos dan una lección magistral sobre el amor y la fe. Y nos lo enseñan tan bien que ninguna otra película nos lo puede volver a enseñar porque ya lo hemos aprendido de la mano de Carl Dreyer.

Marcos Callau dijo...

Fui un gran seguidor del programa que presento Garci y que, a su vez, fue un sucesor mas que digno de "La clave". PEro fijate que esta es de las pocas que me perdi y por supuesto, anoto la sugerencia Tirador. Saludos y disculpas por la ausencia de tildes pero mi teclado esta estropeado.

Pepe Cahiers dijo...

Cinematográficamente no tengo nada que objetar, pero ideológicamente ya sabe que soy hombre de poca fe.

Mario Salazar dijo...

No conocía de la película pero me gustan los clásicos y el tema religioso me agrada sobre todo porque es muy bien realizado, hubo una época dorada de ese cine, me gustaría sumergirme en ese mundo de esperanza y amor, que siempre se impregna por esas películas que aportan más que quitan algo, igual sin ser demasiado devoto, la apunto y espero verla más adelante. Feliz semana santa. Un abrazo.

Mario.

El Tirador Solitario dijo...

Tienes razón, Novia era yo, es tremendo lo que ocurre en esa aldea de Jutlandia, como esas gentes viven su fe, su religión...y como, incluso sin milagro siquiera, lo que nos ofrece un Johannes trastornado o cuerdo.

Has mencionado uno de mis programas fetiches, Marcos, ¡¡La clave!! algún día tendré que dedicarle una entrada como Dios manda. Un abrazo.

Cuando tengas ocasión y la veas, pásate por aquí, Marío, y nos cuentas lo que te ha parecido. Gracias, y un abrazo, amigo.

Como comprenderá, Sr. Cahiers, no voy a espetarle aquello de "su carencia de fe resulta molesta", al más puro estilo Darth Vader.

Pero fíjese, que en algunos sesudos ensayos sobre la obra de Dreyer, a esta película la suelen llamar con el antetítulo de "Jesucristo en Borgensgaard", y es que hay mucha miga en esta película....

Pepe Cahiers dijo...

Eso sería una conmoción en la fuerza.

natsnoC dijo...

Pues no he visto esta película pero sí conozco películas que me han transmitido emociones similares, no necesariamente religiosas.

Un abrazo

El Tirador Solitario dijo...

Hola nastnoC, es que la fuerza del cine para transmitir más que emociones es portentosa.
Como ya le he dicho a Mario, si alguna vez coincides con Ordet, no dudes en comentarnos que te ha parecido.
Un abrazo.

Una enorme conmoción Sr. Cahiers, aunque no debe preocuparse por su integridad física...

Jlin dijo...

Pues yo no la he visto pero enseguida he puesto los medios para enmendar este error por que me ha picado la curiosidad y mucho.
Ya te contaré,
saludos

El Tirador Solitario dijo...

Pues fíjate, Jlin, que hasta que no la emitió Garci en QGEC, no había sido emitida en TVE, sólo circulaba por las salas de arte y ensayo y los cine-clubes.

Ya nos contarás amigo; ¡un abrazo!

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