En estas semanas se está procediendo a la selección del tema e intérprete, que representará a España, en el próximo festival de Eurovisión. Debo confesar que las perspectivas no son demasiadas halagüeñas; el otro día pude ver algo de la gala (?) ya inmersa en plenas semifinales, o algo así, y la verdad es que quedé totalmente desolado ante el calibre del artista y canción que podemos empaquetar rumbo a Helsinki. No sé, quizás se me escapara algún talento desconocido, pero hay que admitir que realizar un casting de esa naturaleza tiene su mérito. Aquello era una galería de ilustres desconocidos, cuyo nivel estaba varios peldaños por debajo de agrupaciones tipo Caracola Show, aderezado por alguna cantante que estuvo diez segundos en el hit parade hace años...
No sé si el fenómeno Operación Triunfo ha sido a medio plazo muy perjudicial, porque desde entonces no hemos concurrido con nada medianamente competitivo, para volver a instalarnos en un bucle melancólico, donde repetimos aquello de "Europa no nos entiende...", cuando se podría, quizás, adoptar otros modelos que se han demostrado mucho más eficaces; si echamos mano de palmarés, veremos que uno de los grandes animadores del certamen fue el Reino Unido, que sin remontarnos a los tiempos de Matt Monro, observamos que de 1970 a 1977, nunca bajó del cuarto puesto, siendo nada menos que cuatro veces finalista, amén del triunfo de 1976...
En esos años los ingleses acudieron con gente de la categoría de The Shadows, con Hank Marvin y Bruce Welch a la cabeza, los New Seekers,(intérpretes de la famosa canción de Coca-Cola de los 70), Olivia Newton-John, Linsey de Paul y Mike Moran... Si algo llama la actuación de esas actuaciones es el completo control que eso músicos tenían sobre el escenario, y la gallardía y fiereza con que competían, al modo del Forest o el Liverpool en la Copa de Europa, ya fuera con duelos de guitarras en el Let me be a one, pianos contrapuestos en el dúo del Rock Bottom, o aires de California en Beg, Steal or Barrow... El público aplaudía maravillado,(todavía resuena la ovación con que el Eriskmaessa de Estocolmo despidió a los Shadows), y en ese trance podían quedar segundos o cuartos, e incluso ganar como por fin consiguieron con Save your kisses for me, pero es evidente que esa forma de competir no es que sea distinta a nuestro modelo, es que no tiene nada que ver... de hecho, cuando los británicos volvieron minimamente a esa forma de participar, ganaron en 1997 con Katrina and the Waves...Pero, vamos, vencer o no vencer eso importa relativamente poco, quizás sea lo de menos, cuando se tiene la absoluta certeza de que esos segundos serán siempre los mejores...
3 comentarios:
Absolutamente de acuerdo, por no mencionar que eurovisión ha sido también escaparate de vanguardias como lo fueron las actuaciones de Franco Battiato por Italia en 1994 o la francesa Amina en 1991, donde no todo era comercial o bailable sino sencillamente...perfecto.
Nos merecemos algo así...después de todo.
Estupendo Jesús,por el gran artículo sobre Eurovisión, que has realizado.Estoy de acuerdo, punto por punto, en lo que has plasmado en tu artículo eurovisivo. Para mí el problema que existe en España para elegir cantante y canción, es debido a la nebulosa que hay alrededor de eurovisión, existiendo un gran número de cantamañanas sin talentento, y que viven del cuento, además de los intereses que existen para que salga una u otra canción, al igual que en la elección del Artista que debe interpretarla.
Estupendo Jesús,por el gran artículo sobre Eurovisión, que has realizado.Estoy de acuerdo, punto por punto, en lo que has plasmado en tu artículo eurovisivo. Para mí el problema que existe en España para elegir cantante y canción, es debido a la nebulosa que hay alrededor de eurovisión, existiendo un gran número de cantamañanas sin talentento, y que viven del cuento, además de los intereses que existen para que salga una u otra canción, al igual que en la elección del Artista que debe interpretarla.
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