martes, 1 de mayo de 2007

El fútbol que no hemos visto

Hace unas semanas, un buen amigo tuvo a bien regalarme un estupendo libro con motivo de mi cumpleaños; el título no podía ser más atractivo "1000 Futbolistas", y lógicamente, hacía repaso apasionado de los grandes cracks mundiales que han jalonado la historia del balompié.
Creo que a los aficionados al fútbol, al igual que buena parte de los cinéfilos hacen con sus películas favoritas, nos encanta comparar clubes, equipos, jugadores, escuelas, en un divertimento retórico; ¿Hubiera sido capaz de ganar la Argentina de Maradona a la Inglaterra de Bobby Charlton? ¿Y el Brasil de Pelé, le hubiera metido cuatro goles en una final a la Italia de Rossi? ¿Sería más atractivo para el espectador el Real Madrid de 1960, o el Ajax de 1972?
Ejercicios sin duda de fútbol-ficción, pero hoy en día casi cualquier aficionado puede tener acceso visual a grandes encuentros del pasado; canales temáticos, Youtube y otras hazañas tecnológicas hacen que podamos recrearnos a voluntad con esos incunables...
Pero existe un territorio ignoto, arcano, a salvo de la informática y televisión que no es otro que el fútbol de los años treinta, que alumbra los primeros mundiales, y del que sólo podemos hacernos una idea a través de las crónicas, y el legado de la tradición oral; las pocas imágenes de las que disponemos son poco más que secuencias de jugadas aisladas y no pueden servir de referencia de nada. Apenas ecos de una época en la que era posible cargar al portero en el área chica, el mismísimo balón podía lesionar si no se remataba bien de cabeza, y los campos, que no tenían el drenaje de hoy, eran demasiadas veces impracticables.
Años en los que las selecciones europeas tuvieron una presencia mínima en el mundial de Uruguay 1930, por aquello del pesado viaje en barco, lo que facilitó el triunfo de la excepcional selección charrúa, sin tener que medirse a España o Checoslovaquia.
Tiempos en los que el equipo austriaco jugaba de forma tan increíble que todo el mundo le llamaba el Wunderteam; los ingleses se sentían tan superiores que no acudían a ninguna competición oficial, y eso sí, los italianos eran tan competitivos como siempre han sido.
Pero también días en los que la selección española destrozaba a Brasil en 29 minutos, para luego caer en un partido de desempate ante Italia, con Mussolini en el palco, en uno de los mayores escándalos arbitrales que se recuerdan...
Y sobre todo, en una época en la que no había televisión, la radio era todavía incipiente, y el auge del No-Do no sería hasta los años 40, gran parte de los aficionados vivían un fútbol de carácter casi mítico, un fútbol imaginado más que visto, que entronca en nuestros arquetipos de héroes de cantares de gesta, que realmente es lo que eran los Zamora, Lángara, Samitier, Meazza, Sindelar, Planicka, Stábile, Scarone...
Por eso al terminar de leer los "1000 Futbolistas" caí en la cuenta que el mejor fútbol de la historia no podía ser el de Cruyff, Maradona, Di Stéfano o Pelé; el mejor fútbol de todos los tiempos fue el de ese periodo de entreguerras ¿quién puede dudarlo? ese fútbol no visto, pero si sentido, porque al igual que en los avatares del viejo oeste,"Cuando la leyenda interesa más que la verdad, siempre se impone la leyenda".
Y seguro, seguro, que no ha habido un fútbol más verdadero que ése construido en la leyenda...

5 comentarios:

Clementine dijo...

Bonito homenaje a los pioneros del balompié. Que además se lo merecen.
Y antes de que me digas nada, te digo yo que el honor es siempre mío al visitar tu blog. Ya me he hecho fija de este lugar que me encanta. Un saludo, Tirador.

El Tirador Solitario dijo...

Es que ese fútbol de leyenda me parece fascinante...fíjate, cuando se proclamó la II República, y se lo comunicaron a Stalin, le añadieron además que el nuevo presidente era Niceto Alcalá-Zamora . ¿Zamora, el futbolista?, preguntó el sátrapa...

Por cierto te mandé ayer un correo al que aparece en tu perfil de blogger, porque creo que tenías una errata en tu artículo de Drácula, cuando hacía la referencia a la banda sonora..me parece, que o bien he copiado mal la dirección o no te ha llegado.

Un cualquier caso, darte de nuevo las gracias, Clementine

Clementine dijo...

Recibido el correo. ¡Gracias a ti, amigo!

Layna dijo...

Siguiendo tu acertada recomendación he leído este post y me quedo con la frase "Cuando la leyenda interesa más que la verdad, siempre se impone la leyenda" porque eso pasa en muchas ocasiones. Un saludo

El Tirador Solitario dijo...

Y es verdad Layna, y esa frontera entre lo real y la leyenda a veces es tan indefinible...

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